Los mensajes con los que uno se encuentra en el devenir diario, provengan de la calle o de medios de comunicación, suelen carecer del sentido de la Humanidad. En los últimos tiempos, ante la verborragia de una señora platinada que vive en una burbuja de millones, o los comentarios de quienes no disienten en ello, uno se pregunta: ¿hacia dónde va el hombre cuando piensa así? O, en realidad, ¿hacia dónde va el hombre cuando siente así?
Los pensadores que se manifiestan con frecuencia son escasos. Pocos de ellos conocen la coherencia y la solidaridad. Y muchos menos se comprometen con temas que suceden a miles de kilómetros de su hogar.
Desde Septiembre de 2008, José Saramago comenzó a volcar sus inquietudes en un blog personal. El conjunto de esos textos, que crece todas las semanas, fue publicado por editorial Alfaguara bajo el título El Cuaderno.
Se trata de reflexiones, descubrimientos y recuerdos del Premio Nobel sobre los acontecimientos que el mundo registra. Vale la pena resaltar que el mundo no termina para el portugués en el viejo continente o en el Imperio; el mundo es el mundo.
Saramago acompañó el surgimiento de Barak Obama en los Estados Unidos, las Vaticanadas (que incluyen ¿Perdón para Darwin?), las visitas a Sudamérica, el conflicto en la franja de Gaza, y el Crimen financiero contra la Humanidad.
El ejemplar abriga comentarios sobre otros escritores, interrogantes que nos competen, utopías y las convicciones necesarias para reconstruir el escenario.
Al margen de su labor literaria, José Saramago demuestra que hay sujetos de espíritu digno, lúcido e inquieto ante los pueblos de la tierra. Leer sus pensamientos es una revelación que comprueba el camino a seguir. El camino de la justicia, de la moral y de la honestidad. El camino de los hombres.