Es notable, pero Los Beatles lo dijeron y lo repiten. Con esa simpleza propia del arte, con la felicidad necesaria, con ese imperecedero poder de renovar nuestra energía instantáneamente.
Cualquiera protestaría si le preguntaran qué canción prefiere del grupo. La mayoría de sus temas son extraordinarios en ritmos, armonías musicales, innovaciones y letras. Alguno criticaría su vaga poesía, aunque ello (casi incierto) permitió su llegada a todo el mundo.
Curiosamente, en una canción, que está entre las más celebradas de los cuatro de Liverpool, se termina con una discusión eterna: All you need is love (Todo lo que necesitas es amor): cinco palabras bastaron para abrirnos los ojos. Y resulta indiscutible, porque el amor sana todas las heridas, satisface nuestras necesidades y esperanzas, nos hace vivir con la sonrisa en el alma.
El amor, desde la pareja hasta la amistad, desde el arte hasta la pesca, desde el deporte hasta la familia. Los grandes hombres que lucharon por este mundo lo hicieron desde el amor, en algunos casos sin mencionarlo. Los otros, los que construyeron la crueldad, el dolor, la desigualdad, la injusticia y la monstruosidad que caminan por las calles, lo ignoraron.
En tiempos en que el amor parece ausente, volver a escuchar el legado de los Beatles nos devuelve el latir del corazón, reaviva las llamas de nuestra motivación para ayudarnos los unos a los otros, para mirar hacia los costados y pensar en el otro por un rato. Dejemos de lado la envidia, la soberbia, la brutalidad y la codicia. Permitámonos sentir más y pensar menos. Procuremos un mundo de seres Humanos y no de individuos cuyos mundos terminan en su piel, abrámonos a un futuro donde podamos alcanzar la dignidad y la trascendencia. Podemos hacerlo, juntos.
"El amor es la única manifestación de la divinidad, y es en él, aun traicionado, donde debemos buscar la clave de nuestra existencia". Thornton Wilder.